Enumerar
las técnicas que se pueden encontrar en la ilustración de libros para niños a
lo largo del siglo XX es casi como hacer un
recorrido por los materiales utilizados en el arte de la pintura durante este
mismo periodo de tiempo, sobre todo si observamos los trabajos de los
ilustradores a partir de los años setenta, periodo en el que encontramos
continuas referencias estéticas análogas y, consecuentemente, técnicas
similares o incluso idénticas en una y otra manifestaciones artísticas.
Trataremos de definir, de manera escueta las principales técnicas,
llamémoslas, puras, es decir, aquellas que utilizan un solo
material o pigmento; o mixtas, en las que encontramos
mezclados o yuxtapuestos diversos materiales; además de las recientes técnicas
informáticas o digitales realizadas directamente en soportes electrónicos.
A las primeras, a las que hemos llamado puras, y que
utilizan un solo componente, podríamos agruparlas en dos bloques: un primer
bloque en donde se encuentran los materiales de aplicación directa, denominados
también procedimientos secos, como son el lápiz, el grafito,
las pinturas de madera, el carboncillo, la sanguina, el pastel, las barras de
pastel-óleo, las ceras, el lápiz conté, el bolígrafo y los
rotuladores. En el segundo de los bloques se encuentran las técnicas que
utilizan un disolvente líquido más o menos fluido, orgánico o no, y que se
aplican a través de un instrumento, ya sean pinceles, brochas, algodón,
esponja, plumilla o spray... Las más conocidas son la
acuarela, la tinta, el óleo, el acrílico y el gouache.
En las denominadas técnicas mixtas encontraríamos todos
los materiales enumerados anteriormente, mezclados o yuxtapuestos, además del collage, las
instalaciones y la fotografía.
Conté
Gouache
Lapices de color
Acuarela
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